10.12.2006

Diseñando para niños



Uno de los factores que toma mayor relevancia cuando de diseñar se trata, es el público objetivo. Cuando ese público está conformado por niños, las reglas cambian radicalmente, ya que hay parámetros de medición diferentes, pues no sólo hablamos de llamar la atención del infante sino de su padre, o en su defecto el mayor que posee el poder económico o de decisión. Entonces luego, estamos hablando de 2 personalidades diferentes que hay que satisfacer con nuestro producto X. Analicemos más de cerca las características de cada uno de ellos.






EL NIÑO


Llamemos al niño, la variable A. Que características definen a este consumidor:

1. Inquietud:
El niño normal es inquieto por naturaleza, le atrae la exploración de su entorno y ... ojo, las cosas nuevas de donde pueda aprender algo.

2. Inteligencia superior: Se ha comprobado científicamente que un niño es más inteligente que un adulto, esto debido a que el número de neuronas es mayor y las sinápsis son 10 veces más eficientes que en los adultos. Por lo que ellos no son tan eficientes en su entorno, es debido a la falta de experiencia, con la cual los adultos subsanamos la falta de la primera, entonces es un error considerar que los niños son subadultos.

3. Amor a lo irreverente: En pos de su individualidad, el niño busca las cosas que molestan a los adultos para probar su tolerancia hacia ellos y su lugar en el universo como modificador de eventos. Tirar la comida, eructar, aventar flatulencias, escupir, golpear, etc. son algunas de las cosas que más divierten a un niño. Esto lo conocen de sobra ejecutivos de empresas como Nickelodeon, cuyas caricaturas son sumamente irreverentes, e incluso deformes y grotescas, retando a la realidad misma, cosa que aman los niños.

4. Son 85% visuales: El contraste de color es uno de los factores que más atraen a los niños de 1 a 11 años. Una buena combinación de colores, puede hacer la diferencia entre un producto exitoso y otro que fracasará sin remedio. Además de una buena elección de imágenes.


EL ADULTO

Que llamaremos la variable B

1. Mesurado: La precaución a la hora de una toma de decisión por parte del adulto, es producto de su experiencia en el medio. Es costumbrista y rara vez cambia un producto que le haya funcionado por mucho tiempo. Puede comprar la misma marca de jabón el resto de su vida, sin importar su calidad o si existen mejores opciones en el mercado. Busca la seguridad a través de las costumbres.

2. Experiencia: La experiencia de adulto le hace más racional al momento de adquirir un producto o servicio. Le hace evaluar muchos factores antes de decidir. Se resiste a ser engañado. Es escéptico.

3. Busca educar y rechaza lo grosero y lo irreverente, es ético y responsable: (Esta visón es ideal y se representa en la mayoría de los padres o tutores en presencia de la imagen física o intelectual de sus menores.)

4. Son 25% racionales, 35 % costumbristas, 20 % visuales y 20 % viscerales: Es decir, cuando un adulto adquiere un producto o servicio, Primero Piensa y evalúa: Costo-beneficio, factibilidad-imposibilidad, etc. Después si falla este primer análisis, buscará comparar con elementos conocidos, después observará si puede desprender confiabilidad del producto o servicio a simple vista, y por último se guiará por su intuición.



¿Cómo diseñar entonces?

La respuesta está en el peso de las variables:

Si la decisión de adquirir el producto Tiende a A, como decidir ver un programa de Tv, comprar una revista, un juguete, B soportará la decisión de A, pensando que este tipo de decisiones son inofensivas. Entonces podremos dar rienda suelta a satisfacer las características de A, (Que por cierto, para muchos es muy complejo, debido a los vicios propios de la adultez)
La formula será algo así como A= 75%, B= 25% de la participación de imagen hacia el diseño.

Si en cambio la decisión de adquirir el producto o servicio atañe a B por sobre A, como por ejemplo: La compra de un cereal, el escoger un curso, inclusive la compra de golosinas, ropa, etc. Debemos entonces complacer a B, ofreciéndole un producto o servicio que case con su forma de pensar.
La formula sería algo así como B= 60%, A= 40%. La compra en este caso quedará decidida por B.

El realizar la evaluación de la tendencia de decisión, nos revelará mejor los pasos a seguir en el esquema del proceso de diseño.

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